RESISTIRSE AL CAMBIO,

TÚ DECIDES

Muchas veces a lo largo de nuestra vida, no nos atrevemos a dar pasos adelante, por miedo a encontrarnos con nosotros mismos. Tememos que lo que hasta ahora conocemos cambie, y tememos,  (en muchas ocasiones por lo poco que nos vemos capaces) que lo que pueda llegar, vaya a ser peor que lo que hasta ahora vivimos diariamente. Este tipo de pensamientos, son, los que con frecuencia nos martillean la cabeza, nos limitan y nos “aplastan” la ilusión a la hora de plantearnos metas diferentes hasta las que ahora tenemos, frenándonos a dar el salto.

El salto a un cambio de trabajo, (porque estamos cansados de no encontrar satisfacción en lo que hacemos diariamente, no nos sentimos realizados, o económicamente estamos  “explotados”…) el salto a un cambio de ciudad, (porque dónde estás te está asfixiando el día a día…), el salto a cambiar de estado y pasar de estar en pareja a estar en solitario, de vivir en casa de tus padres a independizarte, de ser soltera/ a estar en pareja, de no tener familia a ser padre o madre… muchas veces no nos atrevemos a dar el salto y nos quedamos  ahí, en la orilla, sin saber cómo hubiera sido. 

Si realmente estás bien dónde estás, no hagas cambios, genera cada día estrategias para mantenerte justo ahí, donde quieres, y trabájate  y cuídate cada momento con amor ,crece y haz que crezca lo que construyes .

Pero si por el contrario, tienes áreas de tu vida que no te terminan de convencer, que llevas tiempo pensando que posiblemente en otro sitio o de otra forma estarías mejor… da el salto. Ilusiónate, pon  acción a tus pensamientos, estudia las posibilidades y no te quedes en la orilla.

Los grandes retos de la vida, son oportunidades de crecimiento y superación. Detrás de la zona de confort, está la zona en la que tú eres dueño de tus días. Tú aciertas, tú te equivocas, pero eres tú. Cada día es diferente, y no existe el conformismo por ley. Es la zona de encontrarse con uno mismo, de atreverse, de permitirse cambiar y mejorar. Es la zona donde “pararse” a escuchar hacia donde tiran nuestras ideas, pensamientos, emociones. Es la zona de reflexión. 

Encontrarse cara a cara con esta zona, asusta, e incluso incomoda en muchas ocasiones llegando a molestarnos. Cuando este momento pase, cuando estés incómod@, quédate ahí y observa, es el momento del CAMBIO.