LA RECETA DE LA GRATITUD

En este artículo te contaré una de las recetas que más me ayudan a mí, en mi día a día a atraer lo que quiero y disfrutar del presente, la GRATITUD.

Cuando integras esta maravillosa palabra en tu mente, en tu vocabulario y en definitiva, en ¡tu vida!, algo mágico sucede. Te aseguro que no te deja indiferente, y que, curiosamente, siendo algo que muchos conocen y que está al alcance de cualquiera, solo unos pocos sabemos hacer uso consciente de ella.

Pilotamos diariamente nuestra vida sin pararnos a analizar todo lo que tenemos, todo lo que la vida nos regala en cada segundo, en cada instante y damos por hecho que todo es “normal”, ¡y lo es! pero muchas veces no somos capaces de ponerlo en valor.

Podemos levantarnos cada día, tener algo para desayunar, elegir qué ropa ponernos, acudir al trabajo o si no tenemos trabajo, tener un tiempo para nosotros para “crear”. Podemos saborear una comida, pasear, leer un artículo, disponer de un teléfono móvil, e incluso ¡un ordenador!.

El mero hecho de respirar cada día, ya es algo extraordinario que no todo el mundo tiene el privilegio de seguir haciéndolo, y muchos de nosotros, nos empeñamos en no “parar” a valorar algo tan maravilloso como estar aquí, ahora, presentes.

Cuando compartimos ratos con la familia, con amigos, cuando tenemos experiencias diferentes y la vida nos vuelve a sorprender, y podemos reír, reír tan fuerte que somos capaces de contagiar al de al lado…todos, y cada uno de esos momentos, son momentos extraordinarios para ser conscientes del instante que estamos viviendo, de parar, y tener presente el valor de la gratitud.

Cuando te muestras agradecido con todo lo que llega, incluso cuando no estás de acuerdo con lo sucedido, (en este último caso, lejos de quejarte y enfadarte con el mundo, intentas verlo como aprendizaje) la vida te va regalando a modo de muestra, infinitas experiencias más, para seguir sacandole todo el meollo. 

Y es que, en todo aquello que te enfocas, se expande. Si somos capaces de sentir gratitud, seremos capaces de que esa misma sensación nos haga sentir bien, y si nos hace sentir bien conectaremos con una energía que a su vez atraerá más experiencias positivas para nosotros.

Y a la contra igual, si todo el día estamos sumidos en la queja, la vida nos regalará muchísimas experiencias más para podernos quejar, porque es lo que le estamos enviando, es lo que le estamos pidiendo. “Por favor universo, envíeme más situaciones para poderme quejar, que es donde estoy cómodo”, y el universo, como sólo quiere lo que tú quieres, te las enviará. De ahí la importancia, y vuelvo a repetir, de enfocarnos en lo que queremos, y en cómo lo queremos. De esta forma atraeremos a nuestra vida experiencias, sensaciones, momentos… que nos gusten y nos “llenen”.

Es posible que pienses que no tienes nada por lo que estar agradecido, o incluso que creas que tu vida es estupenda y que no tienes por qué hacer ese trabajo de pararte a pensar en qué puedes mostrar tu gratitud. Si nunca lo has hecho, todavía no sabes los beneficios que ésta te puede traer, y como desconocedor, no encuentras la necesidad.

Yo, te invito a que pruebes, ¿qué puedes perder?

Tanto sí tú eres uno de los que la vida le está poniendo muchas dificultades, o por el contrario eres uno de los que la vida le va como un cohete pero nunca se ha parado a pensar en todo lo bueno que tiene, adelante. Empieza desde hoy a dar gracias por las pequeñas y grandes cosas que suceden a tu alrededor. Empieza a dejarte sorprender por cada amanecer, por cada vez que abres los  ojos y sigues ahí, donde te quedaste. Por la cerveza que te has podido tomar en buena compañía, porque hace mucho tiempo que no acudes al médico o porque estás acudiendo últimamente demasiadas veces, pero lo sigues haciendo tú, y estás ahí.

La vida nos regala cada día 1440 minutos de oportunidades, y sólo nosotros podemos  darle la vuelta a la tortilla.

¿Te atreves a probar?